viernes, 25 de julio de 2008

Atesorando Besos y Joyas



Son muchos los días, ya perdí la cuenta, la vida se me pasa en blanco y negro mientras el humo del cigarro me nubla la mirada.
Es tan difícil explicarlo, no lo comprendería ni aún que le pusiera una a una las palabras a cada sentimiento, instante y recuerdo que su humanidad trajo a esta alcoba.

Ando como en túnel, esperando una luz que no diviso, que se me esconde entre las sombras. Es como aquella noche del último baile, cuando tomas te mi mano para sentir tu corazón pausado, “estoy más vivo que nunca” dijiste y te robé uno de esos besos que al principio son torpes y se hacen listos con los segundos.

O aquella nublada mañana en el campo de fresas, momentos antes de que estallara la revolución sobre tu cabeza. Andabas buscando la esperanza que en este pueblo no se asoma, te fuiste siguiendo el rastro de una estrella fugaz.

Ojalá los besos se pudieran guardar en joyeros para usarlos cuando quisiera, como un anillo, que no se terminarán con una separación de cuerpos, sino de almas.

Yo guardaría tus besos para usarlos cuando me gana la nostalgia.

No hay comentarios: