domingo, 18 de julio de 2010

Los viernes de copas





El silencio espeso como una bruma rodea mi espacio vital.


Es mejor callar si lo único que planeas decirme es tan filoso que me cortará el alma.


Tengo una cicatriz en la cara y otras cuantas en el corazón.


Tal vez si quisieras besarme la pena con las mismas ganas con la que deseas besar mis senos,


demostrarías un interés genuino, más que el del simple Don Juan aburrido en busca de pasajera acción.


Sos lo que a mi vida le vendría bastante bien,


pero tu no te has dado cuenta, ni lo harás.


Por que yo soy lo que soy, lo que hago y lo que digo


y tal vez dentro de tu rutina este tipo de mujer solo tiene cabida los viernes de copas,
cuando te da por hablar y hablar,


cuando te dan ganas de besar una piel.