miércoles, 26 de marzo de 2008

Tu ne connais pas

Lamento de un solo capricho
tu piel morena en el paisaje desértico.
El viento trae dos cosas en su paso por aquí:
cantos y polvo.
Misterioso anhelo el de tus ojos mirándome,
esos tus ojos de árabe que han de llevarme a la ruina de las emociones,
donde no se puede sentir más.
Olvidado deseo el de tus palabras en mi mente,
llevándote mi ser entero por un laberinto de una falsa seguridad
donde solo hay felicidad ilusa,
la esperanza del que no conoce nada,
pero logra sonreír por que cree que lo tiene todo.
Yo creo que lo tengo todo cuando te tengo,
peor de eso hace ya mucho tiempo.
Te escribo aunque se que jamás lo sabrás.
Te escribo para ayudarme a sobrellevar mis pensamientos,
que de otra manera solo cabrían en una explosión de mi corazón.

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