Quédate quieta, callada, que no escuchen que estoy aquí.
Vengo a tomarte a la gana, como debe ser, entre este puerto y tus ojos mi alma no puede más.
Eres esa estrella que no consigo bajarme a la tierra, mustia de ojos cansados, contrabando de emociones, niña de oro, mi adorable perdición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario