Empiezo a creer en la posibilidad de que la alimentación tenga una estrecha relación, no con la líbido, sino con el apetito sexual de una forma completamente carnal.
Cuando se tiene mucha hambre, por cualquier motivo que orille a este sentimiento, el único deseo es ese COMER, y para evitarlo se hacen otras cosas, conozco de gente que fuma, otra que masca chicles, y otras como yo que prefieren doparse y dormir, para soñar, aunque solo se sueñe que se queda inexplicablemente chimuelo o que lo intentan cargar y al tenerlo en brazos como a un neo nato es abruptamente tirado al suelo para recibir golpes en los hombros y piernas.
A veces me pasa que despierto y mis sueños son tan creíbles, dentro de su natural absurdo, que tengo que sentirme los dientes con la lengua para asegurarme que siguen ahí, o es la única forma en que explico por que la almohada esta húmeda y mis ojos hinchados.
Me gusta soñar por que en esos pequeños momentos, soy dueña de mi realidad, inconscientemente claro está, y logro muchas cosas que normalmente no pudo hacer, aunque solo sea verte por un momentito o abrazarte aunque estes a kilómetros de distancia, o se recupere en una escena lo que se ha perdido cuando se despierta.
3 comentarios:
Ayer hablando de gimnasia con una amiga, ella me dijo - Cuando eres niña, solo piensas en lo que harás, y no en los golpes que te darás-
Te lo digo porque tiene relación a eso que dices que muchos sentimos. Creo Regina, que la amargura de crecer es el dejar de hacer cosas por miedo a los golpes. Cuando la gente lastima puede haber perdón, pero nunca olvido, y claro que uno nunca es el mismo.
La ingenuidad es una virtud que no tiene cabida más que en la infancia. Mira que uno lamentablemente debe ponerse alerta para evitar los golpes que otros te dan, pero no dejar de intentar, porque precisamente eso es la muerte en vida.
*Claro que yo no consumo mis propias recomendaciones.
Estuve entretenido leyendo tus entradas, que se ha pasado la hora y aqui ya es de madrugada, por suerte o destino se ha activado mi mania de tomar café y no querer cerrar los ojos, porque cuando los vuelva a abrir, no se lo que pueda hallar... o lo que seria peor, que quizas me pueda agradar el panorama en el que pudiera estar.
Estare al tanto de cada nueva entrega que hagas, a partir de ahora si me lo permites tienes a un roedor que esperara ansioso un trozo de queso y podra estar en un nuevo rincon donde se siente bienvenido.
Saludos y GRAN trabajo.
Muchas gracias Catriela y Kaoz, son más que bienvenidos.
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