
Lágrimas después de los orgasmos
no son precisamente de placer
son la consecuencia de mi fantasía deliciosa.
Después de estallar, mi fantasía se esfuma
veloz, como una liebre, sale por mi ventana
y la realidad entra a golpearme el rostro con su fría indiferencia.
Me doy cuenta que la mano que me acariciaba no era la tuya
sino la mía
que tu aroma es solo una alucinación olfativa
y que tu compañía es el más preciado deseo de mi corazón.
Pero no estás,
tu a estos muros ya no vuelves
tu a mi cuerpo ya no retornas.
Me doy cuenta del frío de mi habitación
de tu rechazo
y mi orgasmo se vuelve triste,
mi fantasía se vuelve dolorosa
y me quedo llorando después de estallar...
1 comentario:
un beso
compartido de soledad
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