sábado, 13 de agosto de 2011

Mentiras




No me digas mentiras cuando se que estás mintiendo


Miénteme cuando esté desprevenida


cuando, sin darme cuenta, crea tu farza.


No me digas mentiras cuando se que estás mintiendo


porque duele verte fingir, duele escucharte


duele verse al espejo y saber que el que me engaña no eres tú


sino yo misma, creyéndole a un patán de tu calibre,


creyendo que hay amor e intereses


creyéndome especial como las perlas.


Tal vez lo soy... una perla en el ocico de un puerco,


una perla que se sabe perla y que se sabe devorada

en las mandíbulas estúpidas de un puerco...


y lo más patético, es que por mi propio pie,


me quedo ahí.