lunes, 30 de mayo de 2011

Fantasía



Podía sentir tu erección por debajo del pantalón,

esa firmeza que a los hombres llena de varonil orgullo.
Podías sentir la húmedad resbalando por mi sexo,

la señal inequívoca de la excitación femenina.

Nuestros cuerpos no pueden mentirse,

no niegan el deseo desesperado de poseernos,

de dejar a un lado el trabajo y la familia,

ni las ganas locas de entregarnos al sencillo placer de amarnos.
A nuestros cuerpos no les importa lo absurdo de esta aventura:

mi cuerpo solo desea ser explorado por ti, ser amado por ti,

tu cuerpo solo desea dominarme, saciarse de mí.

Lentamente dejamos de pensar en cuestiones lógicas

y nuestras mentes son pantallas que al cerrar los ojos proyectan imágenes fantásticas de sexo,

con esas imagenes presentes dejo que me arranques la camisa,

mientras desabrocho tu pantalón.