jueves, 23 de diciembre de 2010

Carta de fin de año. 2010: El año de las despedidas

Como ya hace unos 3 años, hoy escribo mi carta de fin de año. ¿Qué puedo decir del 2010? Un año que comenzó con tremendas expectativas y que, algunas, fueron conseguidas poco a poco. Un año al que yo llamaría: raro. Creo que este año ocurrieron cosas sorpresivas, pero muy esperadas, ¿cómo puede ser esto? simplemente lo es. Este año tuve el primer 14 de febrero acompañada de un novio, y he de confesar que fue muy bello, lamentablemente a los dos días esa relación terminó y fueron muchos meses de una tristeza y un vacío terribles. Mi vigésimo segundo aniversario fue una vasca, con mi depresión al por mayor, lloré como pocas veces, fue un día miserable. Ya no sé a cuántos hombres conocí en ese lapso, pero no fue muy agradable. Luego en el verano mi vida fue perfecta, fue un giro de 180 grados, por primera vez sentí que nada me faltaba: entré a hacer mi servicio en Oncopediatría y estaba realmente feliz y entusiasmada, estaba por concluir mi carrera universitaria y tenía una relación increible con una persona que quería muchísimo. Para mi desgracia esta felicidad sólo duró 3 semanas y terminó llevándose una confianza y una alegría que, lamentablemente, no he vuelto a sentir. Ese vacío lo llevo cargando.
Las grandes noticias y eventos de este año son: mi servicio social en Oncopediatría, lo cual me alegra y distrae fantásticamente, el viaje a Chihuahua, con todo y el tour a Barrancas del Cobre, el encuentro estudiantil en Cd. Guzmán, mi graduación de la Licenciatura en Psicología, mi Excelencia lo cual me facilita el titularme por promedio, el haber llevado una vida perfecta por 3 semanas con citas hermosas y una relación que espero pronto se repita.
Para concluir con este relato, opino que el 2010 fue un año de despedidas, muchas despedidas: despedida a mi vida como estudiante, despedida a mis compañeros universitarios, despedida a Fernando, mi gran y verdadero amor; a Daniel, mi diablo, mi tipo ideal; a Jorge, el hombre que nunca me supo valorar, un novio y un amigo que se han ido; a algunas personas que no eran mis amigas, despedida a muchos pacientes que concluyeron sus tratamientos, etc. Tal vez por este motivo esque este año la he pasado tan triste, me la he pasado despidiendome sin darme cuenta, me la he pasado en duelo.
El motivo por el que escribo estas cartas de fin de año es para agradecer por todo lo maravilloso que ha sido mi vida, sin embargo fue inevitable que esta carta fuera así de melancólica, y por qué no, patética también, creo que así es el sufrimimento de las despedidas: patético.
Solo me resta desearles a todos felices fiestas y la esperanza de que el 2012 sea un año de comienzos, de alegrías y de nuevos compromisos. Les deseo mucha paz en el alma y muchas fresas en el corazón.

Sinceramente

xXx Sugar Kane xXx

martes, 7 de diciembre de 2010

Lágrimas después de estallar


Lágrimas después de los orgasmos

no son precisamente de placer

son la consecuencia de mi fantasía deliciosa.

Después de estallar, mi fantasía se esfuma

veloz, como una liebre, sale por mi ventana

y la realidad entra a golpearme el rostro con su fría indiferencia.

Me doy cuenta que la mano que me acariciaba no era la tuya

sino la mía

que tu aroma es solo una alucinación olfativa

y que tu compañía es el más preciado deseo de mi corazón.

Pero no estás,

tu a estos muros ya no vuelves

tu a mi cuerpo ya no retornas.

Me doy cuenta del frío de mi habitación

de tu rechazo

y mi orgasmo se vuelve triste,

mi fantasía se vuelve dolorosa

y me quedo llorando después de estallar...