jueves, 31 de julio de 2008

Dos años. Nació una tortuga, murió un corazón

Nació una tortuga, murió un corazón
es la esperanza que hoy no pienso alimentar más
y recuerdo…
de forma aleatoria termina mi cognición eligiendo recordarte.
Dos años…
Me congratulo de haber sobrevivido
a tu partida, a mi accidente, a las traiciones, a mis remordimientos, a los adioses que tuve que decir.
Las idas y venidas del mismo viento que nubla todo
que escapa de la cárcel de la depresión.
Serena Morena
Ya pasaron dos años y querida,
has sobrevivido sin él
¿Él? Su rostro se dibuja en mi almohada
y el vestido rojo sobre mi piel.
Un duelo de dos años: superado
Status del corazón: cicatrizado
Status de la pasión: cenizas…
Puras cenizas de aquel amor.
Su puesto sigue intacto
dos años sin sentir amor.
¿Errores? Hasta por los codos
pero irremediablemente mantengo una cierta fe.
Quiero ser más de lo que soy
pero con obtener la paz me vanaglorio.
Soy una estrella de mar esperando en un arrecife
Contemplo los cambios y muy a veces los vivo,
tengo cinco extremos:
uno para reír
otro para soñar
otro para escuchar
el penúltimo lo uso para llorar
y el último para pensar.
Hoy puedo abrazar a quien consideraba perdido por las rutinas
Puedo hablar con el viento, y aunque ya no me quiere
se que él me escucha.
Hoy puedo usar el vestido rojo y se que está noche no lloraré un adiós.

Cuando los dos seamos gatos



Todos los lugares que no visitamos juntos
tendrán que existir privados de nuestra ecléctica presencia
Todos los lugares que visitamos juntos
tendrán que recordarnos como la única vez
Todo lo que nunca hicimos
morirá con mis sueños y mis ganas de verte
Todo lo que hicimos
quedará enterrado con mi cadáver
Probablemente ni muriéndome te olvide por completo
Porque te quise tanto…
y me quisiste.
Me pidió que le creyera y le creí.
Siento que lo intenté todo
pero algo siempre estaba fuera de lugar
Interrumpiendo la perfección que no logré completar
Nos sobraba el tiempo,
nos faltó confianza.
Tal vez seamos felices en otra vida,
libre de las complicaciones y los intereses que nos agobian hoy…
Cuando los dos seamos gatos…

viernes, 25 de julio de 2008

Atesorando Besos y Joyas



Son muchos los días, ya perdí la cuenta, la vida se me pasa en blanco y negro mientras el humo del cigarro me nubla la mirada.
Es tan difícil explicarlo, no lo comprendería ni aún que le pusiera una a una las palabras a cada sentimiento, instante y recuerdo que su humanidad trajo a esta alcoba.

Ando como en túnel, esperando una luz que no diviso, que se me esconde entre las sombras. Es como aquella noche del último baile, cuando tomas te mi mano para sentir tu corazón pausado, “estoy más vivo que nunca” dijiste y te robé uno de esos besos que al principio son torpes y se hacen listos con los segundos.

O aquella nublada mañana en el campo de fresas, momentos antes de que estallara la revolución sobre tu cabeza. Andabas buscando la esperanza que en este pueblo no se asoma, te fuiste siguiendo el rastro de una estrella fugaz.

Ojalá los besos se pudieran guardar en joyeros para usarlos cuando quisiera, como un anillo, que no se terminarán con una separación de cuerpos, sino de almas.

Yo guardaría tus besos para usarlos cuando me gana la nostalgia.

Pena Condena

Es el viento que se detiene en tus ojos que ya no me quieren mirar
desde la tierra se siente el latido de mi corazón en pena
de mis manos que buscan las tuyas en la oscuridad
que solo encuentran tu tristeza que ahora se hace mía.
Juro no volver a odiar después de hoy, ni a ti, ni a nadie.
De pronto, la lluvia entera golpeó la ventana y me quedé en la penumbra de tu recuerdo,
de ese recuerdo que no puedo acallar,
de tu voz que se me ha convertido en consciencia,
en el reflejo de mi realidad, en el guía de mis pasos.
Tu apego es mi delirio, la fantasía que abrazo cuando me duermo y
¡es tan difícil soñar sin tu fantasma atado a mi cuello!
La única alternativa que mis lágrimas susurran es la espera,
la mutilada esperanza que aún queda de que un día, sin imaginarlo,
llames a mi puerta, no para recoger tus cosas
si no para quedarte junto a ellas, junto a mí,
abrazando mis penas, abrazándome el alma.

jueves, 3 de julio de 2008

Una sonrisa que oculta la verdad

Me puse muy triste, lloré: no por la película, si no porque me vi en ella, te vi también.
Nos vi: La caótica pareja que se forma dentro de la funcionalidad.
Tan diferentes el uno del otro, pero más diferentes aún del resto, de este mundo aburrido, en el que todos creen que tiene derecho a opinar. La libre expresión se convierte en un atropello a mi privacidad, a mi derecho de no ser juzgada por alguien que no me conoce, que te conoce a ti menos.
No sé qué quieres de mi, al final no sé nada. No me conozco ni a mí misma.
Pero abrazo tu recuerdo como algo precioso, como si fueras más grande y más intenso que en realidad, como si fueras tú con tu sonrisa que oculta la verdad, que mantiene mi corazón cautivo, y solo me resta llorar, terminar exhausta y abrir los brazos para soltar tu recuerdo que se esconde bajo mi cama, para poder soñar, soñar y sentirme mejor, soñar con personas que al día siguiente me harán recordar lo vivido, y de pronto al ver el rocío de la lluvia de mis ojos, que mojaron el pasto en la noche anterior, en ese momento, tu recuerdo me buscará, con una sonrisa que oculta la verdad.

En mucho tiempo...

Si tu destino esta noche dependiera de mis preferencias
te llevaría al sur
hasta llegar a la costa
justo en el momento del sol naciente.
Sin más palabras y con la arena en la espalda
te haría lo que nadie te ha hecho en mucho tiempo…
te besaría como nadie lo ha hecho en mucho tiempo…
te llamaría como nadie te ha llamado en mucho tiempo…
Si tu destino esta noche dependiera de mis fantasías
no te daría una cátedra de geografía,
si no una cátedra de amor.